Siento que si alguien quisiera hacerme mal lo lograría solo con sus intenciones, una mala mirada me pone en riesgo de muerte.
Cuando uno se acostumbra a vivir en una jaula, permanece en ese metro cuadrado aunque le saquen los barrotes, es tan difícil salir al sol de nuevo. Tan difícil volver a ser.
Necesito algo que creía que tenia, que seguro tengo y no veo. Estoy en un momento en que quiero quiero quiero y no puedo, contradigo la regla de querer es poder desde que abro los ojos cuando suena el despertador.
Tan mal me siento que empecé a rezar por las noches, me aferro a cualquier religión que prometa bienestar eterno y fundamentalmente amor.
Es cuestión de horas, lo pienso así porque es mejor.
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