miércoles, 28 de noviembre de 2007

La Ausencia


La ausencia es un estado
Las calles laberintos.
El nudo en la garganta,
anuncia el precipicio.
Entre faldas remolonas.
Y mentiras desgarbadas
Y esperanzas pasajeras
Y susurros despiadados
Tu presencia es una etapa

Las noches momentáneas,
El juego es tan macabro,
que cierro la ventana.
Y pierdo la coherencia.
Y busco las razones,
y rasgo las camisas,
y abrocho los botones.

Y acá estamos pensando
que no pensamos irnos.
Mientras tanteamos voces,
Y encontramos gritos.
La ausencia es un estado,
Estado de no estar,
Incluso cuando estás
durmiendo, acá, a mi lado

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cruzar La Calle

Me da miedo cruzar la calle. Aun conservo ese infantil temor. Veo un nene, tendrá 2 años, cruza la calle corriendo, sin mirar, me aterro. Fumo, pienso que ese niño no se imagina que puede doblar un auto y atropellarlo, no le da miedo, no piensa en nada, aun es demasiado pequeño, aun no hay en el recuerdos dolorosos, aun es incapaz de encontrar rasguños en su alma. Apago el cigarrillo sin lograr calmar mi ansiedad. Trató de encontrar el origen de ese temor absurdo, lo recuerdo.
Un día, íbamos a cruzar la calle con papá y él me soltó la mano, cruzó sin mí, seguramente tendría mas de 2 años, me paralicé. Tal vez fue mucha libertad de golpe, o un sentimiento de abandono nuevo para mi, no lo sé.
Desde aquel día me da miedo cruzar la calle sola, no tengo ningún problema en hacerlo acompañada, incluso no ando pidiendo la mano para que me crucen, tal vez por vergüenza, tal vez por miedo a que los demás no entiendan, porque al fin es algo mínimo, y ridículo, pero que no deja de ser una puntada en el estómago cada vez que debo hacerlo sola.
No lo hago, pero lo haría, si no me diese vergüenza pediría la mano para cruzar la calle. De hecho no dejaría que me la suelten nunca.

viernes, 16 de noviembre de 2007

¿No Es Verdad?


Basta de consejos, basta de recriminaciones, basta de buscar significados, basta de señalamientos, de porqués y de peros, basta de decir que DEBO hacer, que es, que no es, que es lo que nunca va a ser.
Lo que vemos, lo que hacemos, pero principalmente lo que sentimos, es lo único que podemos llamar verdad. Nadie puede venir a decirnos que es la verdad, ni siquiera que es lo real. Ambas cosas representan lo que deseamos que representen y más aun, lo que representan en si para nosotros. Punto.
Somos indeterminables, somos impredecibles, somos todo el tiempo cambio. Y todo el tiempo es demasiado poco.
La verdad es eso, lo que yo siento ahora mientras escribo, la imposibilidad de odiar al odiable, de matar al asesino y en su defecto tenerle una devoción constante, es mi verdad, y es en fin mi única realidad. No existe otra. Nadie puede entregármela acabada cual objeto.
Esa es la verdad completa, la que no puedo negar y mucho menos evitar. ¿Quién puede decirme que no es verdad que siento temblores al verte llegar?, ¿Quién puede negarme mi verdad, aunque se base en una ilusión o peor aun, en un deseo, seguramente perecedero?
¿Donde esta aquel que se juegue el pellejo diciendo sin ningún tipo de complejo: acá esta la verdad o esto es la realidad?
La verdad es mía, es mí verdad, la tengo entre mis dedos, la muestro con heridas, la siento como una erupción en mi piel, la llevo como estandarte, la niego, la deformo, porque es mía. Y quien no quiere oír, que no oiga.

lunes, 12 de noviembre de 2007

El Tiempo, Todo Locura.



Creo que soy borderline, mi psicóloga dice que no, que soy una autentica neurótica, pero yo pienso que tengo algo de border, como autentica neurótica… dudo.
Es que puedo estar muy feliz, ir silbando a poner la pava, con la cabeza livianita, con el cuerpo en completo relax, y un simple, sencillo y estúpido mensaje que dice: “estoy camino a Pto. Madryn”, (o sea...muy lejos de acá) puede desarticularme toda la tranquilidad.
Me siento sin sostén, me enfermo de pensamientos retorcidos, me apuñala la soledad, me asusta la cotidianidad.
Es un maldito segundo, en donde me desequilibro completamente. Y ya no hay vuelta atrás, digo ya y léase, un minuto, unas horas, unos días, porque puede que al rato ya este otra vez en el mundo de los neuróticos y perciba la realidad menos aplastante. Miro y todo sigue igual, no voy a quedarme sin aire.
También puede que no me hagan sinapsis las neuronas, que se despierten los fantasmas, y que se agiten los traumas y ahí si…siento que voy a morir.
Y por supuesto no me muero, por supuesto sigo respirando, por supuesto espero las manos que me sostengan, a veces las encuentro, a veces me encuentran, pero es la sensación que provoca ese estado cambiante, el hueco que uno siente, la certeza de que va a pasar y el dolor de que no pasa nunca.
Por eso creo que soy border, un día voy a aprender la lección, entre risas y llantos (literalmente) de que el tiempo todo lo-cura.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Fuimos

Somos el infierno, la parte de atrás de la luna.
Fuimos la emboscada, el as en la manga, la cúpula gris de los dias lluviosos.
Somos el deseo hecho carne, la palabra hecha acto, la espada desgarrando.
Somos pulso, irrigación y llanto.
Fuimos esclavos de pasados turbios, espectadores de miserias, dueños de vidas ajenas.
Somos lo que dejamos, fuimos lo que llevamos, estamos y desaparecemos en un parpadeo furioso.
Somos lo que hacemos, lo que destruimos, lo que matamos, lo que decimos, lo que quisimos,
lo que tocamos, lo que sentimos.
Fuimos lo eterno, somos la nada...

viernes, 2 de noviembre de 2007

Resistir.


Resistir el abandono de los valores, la represión de las ideas, la pobreza de sentimientos.
Resistir frente a las mentiras, aunque sean piadosas, las verdades cortantes, las sonrisas falseadas.
Y emocionarse ante la resiliencia de los pobres, la perseverancia de los excluídos, las manos de los trabajadores.
Y sonreír ante la mirada de los inocentes y la fuerza de los ancianos.
Pero resistir ante la estúpidez del oro, la burla de los miserables, el hambre de poder de los corruptos.
Resistir la tentación de creer que la mortaja tiene bolsillos, y las sotánas son símbolo de algo sagrado.
Abrazar a los que todavía creen en el amor.
Admirar a los soñadores, a los poetas, a los solidarios, a los aventureros, a los necesarios.
Resistir para poder mirar a los ojos a los valientes, a los luchadores, para poder tener fuerza ante los manipuladores de esperanzas y los estafadores de fé.
Resistir para construir la paz, para que solo nos abracen el alma aquellos a quienes podamos confiársela...