miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cruzar La Calle

Me da miedo cruzar la calle. Aun conservo ese infantil temor. Veo un nene, tendrá 2 años, cruza la calle corriendo, sin mirar, me aterro. Fumo, pienso que ese niño no se imagina que puede doblar un auto y atropellarlo, no le da miedo, no piensa en nada, aun es demasiado pequeño, aun no hay en el recuerdos dolorosos, aun es incapaz de encontrar rasguños en su alma. Apago el cigarrillo sin lograr calmar mi ansiedad. Trató de encontrar el origen de ese temor absurdo, lo recuerdo.
Un día, íbamos a cruzar la calle con papá y él me soltó la mano, cruzó sin mí, seguramente tendría mas de 2 años, me paralicé. Tal vez fue mucha libertad de golpe, o un sentimiento de abandono nuevo para mi, no lo sé.
Desde aquel día me da miedo cruzar la calle sola, no tengo ningún problema en hacerlo acompañada, incluso no ando pidiendo la mano para que me crucen, tal vez por vergüenza, tal vez por miedo a que los demás no entiendan, porque al fin es algo mínimo, y ridículo, pero que no deja de ser una puntada en el estómago cada vez que debo hacerlo sola.
No lo hago, pero lo haría, si no me diese vergüenza pediría la mano para cruzar la calle. De hecho no dejaría que me la suelten nunca.

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