martes, 5 de junio de 2007

Tarde

Si esa lágrima no hubiese corrido por su mejilla, por su cara, que no se correspondía con el gesto del llanto, sino más bien con el gesto de quien esta horrorizado ante lo absurdo, tal vez nunca hubiese entendido lo que se siente al perder.
Pero fue en el último instante, justo después de decir la estupidez mas grande de su vida, donde por fin entendió como se hacen las cosas. Era tarde, demasiado tarde…los cortes iban a tardar en cicatrizar.

No hay comentarios: