lunes, 2 de abril de 2007

De Película


El fin de semana lo dedique casi íntegramente al ocio, a derramarme en el sillón, a estar horrenda, a usar solo pantuflas y a ver películas, una tras otra.
Y todas, ya sean ciencia ficción, drama, trhiller, o comedia, tienen como fondo, sostén y esencia la unión de sus protagonistas en un amor repugnante y sobrenatural.
Siempre él llega en el momento en que ella se esta yendo, detiene el micro y ella baja para abrazarlo, o cuando parece que todo está perdido él llega con un ramo de flores y le propone casamiento aun haciendo dos días que la conoce, o ella lo pierde pero al segundo encuentra a otro y se enamora de éste perdidamente, siempre es mejor que él otro y son felices para siempre.
Y me observo ahí desparramada, con la voz atabacada, un jogging estirado y una remera mas estirada, secándome las lagrimas con una servilleta que traje para limpiarme los dedos del chocolate que me comí con culpa, no son lagrimas de emoción, sino de bronca.
Y no, nadie toca la puerta y está con un ramo gigante de flores, con cara de Romeo, no, nadie llama de sorpresa y me invita a salir, no, nadie viene corriendo por el medio de la calle gritando mi nombre como un desenfrenado enamorado ciego, y miro el celular y hay un mensaje, el peor de todos, el que termina de noquearme...es mamá que me desea que duerma bien, y que si salgo me abrigue porque pronosticaron frío.




No hay comentarios: