lunes, 30 de abril de 2007

Vestite "Pebeta", Que Te Llevo a Pasear.



(este cuentito surgió a partir del recital de divididos al que concurrí recientemente, solo tomé prestado el titulo de una de sus canciones, el resto es mitad realidad, mitad no, todo mío)


Me doblada en edad, en batallas ganadas, en experiencia y en problemas.
Lo conocí de casualidad una noche de alcohol, carcajadas y amigas bailando, me lo presentaron, nos saludamos y me despedí para continuar mi noche en otro lugar.
El segundo encuentro, fue otra vez casual, pero menos casual y más intencional, de su parte, claro, ya que yo para ese día no recordaba ni su nombre.
Su trabajo fue una tarea fina, y con el correr del tiempo fue atrapándome como a una presa fácil, que por cierto era.
A su lado mi ingenuidad era encantadora, de mi lado sus miserias eran motivo de sensaciones tiernas y hasta de admiración vulgar.
Lo surrealista de nuestra imagen juntos, causaba estupor en mis amigas, y en mí algo cambiaba para siempre. Era el momento de crecer de un golpe, pero de un golpe en el pecho, de esos que te dejan sin aire, de esos que duelen.
Yo trataba de congelar el tiempo, pero en estos casos el tiempo no es relativo, se mide en años, se mide en camino andado, en estrategias y en movimientos como de ajedrez. El tiempo que pasaba, lento para mí y vertiginoso para él, representaría cambio, transformación, endurecimiento.
“A pasear” cambio su significado el día que me choqué de nariz contra la realidad que yo misma empañaba, el día que sentí impotencia, y deje de creer en la omnipotencia de los pensamientos que solo se manifiesta en los niños; el día que comencé a mirar todo con ojos de paranoica, el día, en que el cristal con el que miraba dejó de ser rosa.
“A pasear” pasaría a significar, “salí y mira...a tu alrededor algunos corderos son lobos disfrazados, pero ahora vas a saber distinguirlos, ahora vas a saber tratarlos, pero acordate, los lobos no se domestican”. Y también, por que no, a partir del golpe de la desilusión de lo que nunca iba a ser, cada vez que escucho de su boca “vestite, que te llevo a pasear”, mi oído escucha: “puedo hacer lo que quiera con vos, pero vos lo vas a hacer mejor que yo, porque ahora mi amor, ya estas lista para disfrazarte de cordero”


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